miércoles, 26 de octubre de 2011

Permanecer Humillado en Su presencia es lo mejor que nos puede suceder


“Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido”. (Daniel 10:12)

Por espacio de tres semanas, Daniel estuvo afligido y turbado a causa de la visión. La palabra enviada era verdadera, tuvo comprensión, hubo inteligencia, pero grande fue el conflicto. Escaso fue el apetito en él, el deseo por la carne y el vino se fue, pero grande fue su perseverancia hasta que el tiempo se cumplió, hasta que la Gloria de Aquel “varón vestido de lino” resplandeció como el relámpago y el estruendo de sus palabras hizo que sus fuerzas perecieran y su vigor desfallezca. ¡Tal es la revelación de la Majestad del Altísimo! ¡Tal es la experiencia de aquellos que le contemplaron en Todo Su fulgor, quienes cayeron en la presencia de Aquel que es Fuego consumidor! La visión de la Gloria del que tiene semejanza de varón extinguió la fortaleza del profeta. Pero la mano del que aflige es la misma que conforta y fortalece; aquella que pronuncia alentadoras palabras “NO TEMAS”; aquella que levanta las rodillas paralizadas y los brazos endebles; aquella que infunde ánimo al alma turbada diciendo “varón muy amado, está atento a estas palabras”. La Santidad de Dios perturba al creyente, lo llena de temor y reverencia hacia Aquel que habita en las alturas; lo conmueve hasta en lo más recóndito de su ser hasta postrarlo en tierra, pero allí no permanece por siempre, sino que luego Su Amor lo reconforta, lo levanta de lo profundo, lo pone en pie. El Santo y Sublime, el que habita la Eternidad y vive en Santidad se acerca al tembloroso con su presencia favorable y lo consuela. ¡Cuán grato es oír la voz tierna del Salvador acercándose en paz y amistad! El creyente a solas con Su Señor recibe respuesta a su clamor cuando hay en él un corazón humilde y dispuesto para entender. Los hombres huyen y se esconden de la presencia de Él y el temor se apodera del corazón de ellos, pero el cristiano entiende que la manifestación poderosa del Señor desciende para probarlo, para que Su temor esté delante de él, para que no peque. Muchos de los que estaban con Daniel se llenaron de temor, se escondieron, huyeron de la presencia del que resplandece como bronce bruñido, pero Daniel allí estando solo fue confortado. Disposición de corazón y humildad son las prerrogativas de la oración, requisito obligatorio para ser oído. Dios resiste al soberbio, pero da gracia al humilde. El primer día fueron oídas las palabras de Daniel, y a causa de ellas la respuesta fue enviada. No temas, es la voz del Señor. Humíllate delante de Él y dispón tu corazón en Su Presencia.


                                                                        Gentileza Ministerio Heart cry